Es el deseo de algunos que llegue el día en que triunfe el olvido sobre lo que ocurrió en la dictadura, y se rompan todos los lazos de solidaridad con los familiares de los desaparecidos y desaparecidas. Está claro que ese día no llegó ayer. Centenares de miles de personas marcharon –en Capital y en otras ciudades del país– bajo la consigna de la memoria y la unidad y para que ese tiempo de lobos no vuelva. “Nos manifestamos contra el avasallamiento que el Gobierno de Mauricio Macri genera todos los días: despidos masivos, la miseria planificada, la entrega del país a los buitres, la persecución de los pueblos originarios; la persecución a militantes; las presas y presos políticos; la grave injerencia del Gobierno sobre el Poder Judicial; retrocesos en Memoria, Verdad y Justicia, la violencia institucional, la represión a la protesta social, la censura a la prensa, el negacionismo”, enumeraron en el documento final los organismos de derechos humanos, que también le apuntaron a la Corte Suprema por los obstáculos al avance de los juicios por delitos de lesa humanidad.